Al principio quedo como un borde, pero creo que llevo razon. Si estamos de Erasmus, no es muy normal montar un autocar de 70 personas integramente espanyol. Finalmente deciden otros, pero ahora escribo en castellano en lugar de italiano.
Ahora eso queda muy lejos y es mas vivo el recuerdo de los cuatro arquitectos llegando al limite para pillar el tren. Joan y yo esperando, despues corriendo. Nos distribuimos para dormir, pero algunas rodillas se quedan por el camino. Cuando sale el sol, platanos y pistachos, peleas en los tuneles, alguien casi se queda en el otro vagon.
Palermo tiene su encanto, aunque soleado. Nos perdemos por sus callejuelas, algunas mas sucias que otras, mercados que nos recuerdan que el sur de Italia es otro asunto y helados dentro de bizcochos. Jordi esta hambriento porque no se atreve a comprar nada de lo que venden por la calle. Vemos un cartel anunciando un restaurante al final de unas escaleras con muy mala pinta. "Vienes?". Por supuesto. Es una casa, dentro esta la madre y la hija, que me da agua. En la mesa, el mantel de la abuela y platos con aspecto dudoso, pero nos envian a provar un manjar genuino de palermo en la esquina. Bocadillo de algo que parece higado con limon. Es bueno, pero que puede que sea por el limon. La primera playa nos regala castells, sopapos y el reto de llegar nadando a la isla, que resulta estar a quilometros. Exhaustos, Xavi, Joan, Mario y yo volvemos a la orilla.
Por la noche, botellon en la playa, historias y alguna cara triste, pero parece que no es nada. El pescado y la verdura se hacen notar y alguien ya se ve obligado a dormir fuera de su habitaion. de aqui en adelante este fenomeno se llamara "usurpacion". Nadie reconoce a Alvaro por la noche si no es con una almohada sobre la espalda.
Al dia siguiente, una visita frustrada a Corleone, pero compensada con los fabulosos mosaicos de la catedral. Empiezan las cerdadas en catalan para castellanohablantes. "Vols butifarra amb seques?", "Tens els mugrons durs", "Llepa'm la patacona", "Extreu-me tot el veri". Furor cerdo, aunque algunos ya lo saben: Somos cerdos, ellas son cerdas. Tarde de playa, con concurso de segadas (Joan, que huevos le pones), vuelta y vuelta bajo el sol, mus, voley, panyuelo y rugby. "Hay cuatro cosas imprescindibles en la vida de todo hombre: comer, beber, follar y el rugby". Algunos salen muy perjudicados del partido, pero lo cierto es que "Las cicatrices te hacen sentir vivo". Al dia siguiente el rugby se hara mixto con la entrada de la parisina loca, toda una jugadora. Cenando, alguien grita "que vivan los novios", Ana advierte a Albert que es por ellos dos desde la otra punta del salon y este se sonroja retrocediendo a la adolescencia.
Los erasmus de Palermo nos preparan una fiesta que sirve para robar vino y licores de chocolate, hacer un botellon en media hora, estresar a Diana y que algunas se luzcan en el podio. La vuelta nos regala una de la tipicas polemicas Catalunya-Espanya cabreando a quien se quiere cabrear (Albert: "nos odian, manyana habra pelea"), pero Jordi, Joan y yo cantamos como si estuvieramos en parvulos. Poco despues, Serena me mirara criminalizante y otra no recordara nada. Nuevas forma de usurpacion sin echar, Igor ofrece su cama a Xavi y Alvaro, Fagma grita indignada y el trafico interhabitacional se pone en marcha.
Mensajes motivadores cuando sale el sol, risas mil entre la cofradia del rugby destroyer y un pueblo en lo alto del monte. Diana delega y ahora soy el guia en tanto que el unico que tiene voz. "Pau, se te ve contento, que te has tomado?". Si tu supieras... Me dirijo al ganado, numeroso, que finalmente descubre la belleza de las vistas desde lo alto del castillo, asi como lo absurdo de una torre en medio de la nada, inaccesible. Los sicilianos estan locos.
Empiezo a descubrir a Emiliano, aquel que "dice, no habla", la isla de la sal es bastante floja y la guia nos recita poemas mientras Alvaro aplasta caracoles, Xavi quiere asesinar a alguien y yo tiro piedras. En algun momento empieza a llover ya en el pueblo, no hay donde comer y despues de muchas tonterias alguien suelta "Yo quiero follarme a mi mejor amiga y ella ya lo sabe". Silencio corto, risas largas y finalmente podemos pedir una lasagna. Por la tarde, nuevo hotel cerca de la playa, mas rugby y mas cicatrices que virilizan antes de que todo el mundo se tire a la piscina. (desorden cronologico en los ultimos dos parrafos)
Botellon la primera noche, animacion y fiesta la segunda, con striptease de los hombres, mucha bebida y visita a la piscina. Leandro duerme sobre una mesa, Xavi placa unos setos y cuando abras una puerta de una habitacion nunca sabras quien puede haber dentro. La manyana siguiente, llamadas para saber donde estan mis calzoncillos y una noticia: "la furgoneta de los de animacion ha aparecido aboyada". "Ha sido uno de los catalanes", "Pau tiene todos los numeros". Pues si, y hay que pagar, pero la solidaridad Erasmus me redime.
Quedan dos dias y esto se alarga, sigo otro dia.
Mimitos,
Pau
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